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Las Hormigas (Formicidae)

Los formícidos u hormigas (Formicidae) son una familia de insectos himenópteros. Son uno de los grupos zoológicos más exitosos, destacando su socialización y su capacidad para formar colonias. Se conocen más de 12.000 especies. Las primeras hormigas aparecieron en el período Cretácico tardío, hace 100 a 130 millones de años. Evolucionaron a partir de cierto grupo de avispas. Se distinguen por sus antenas con forma de codo y por tener una protuberancia en la cintura. La mayoría de las hormigas no poseen alas, aunque esto varía según individuos dentro de una colonia.

Las hormigas ocupan todas las regiones biogeográficas del mundo y son capaces de adaptarse a los lugares más inhóspitos, soportando desde los –40ºC de de la tundra ártica a los 70ºC de los más ardientes desiertos. Los formícidos, se encuentran entre los organismos que dominan la tierra, con una biomasa aproximada del 10 al 15% del total de la biomasa animal en la mayoría de los ecosistemas; y el lugar que ocupan en éstos es clave, interviniendo en el ciclo de nutrientes, en el enriquecimiento del suelo y en una gran diversidad de interacciones tróficas, tanto que se considera que el flujo de energía que pasa a través de ellas es superior al que pasa a través de los vertebrados que viven en el mismo hábitat.

Colonias

Los huevos en las colonias son depositados por una o más hormigas reina y la mayoría de éstos eclosionan y crecen para convertirse en hembras no aladas llamadas "obreras".

Periódicamente son producidas camadas de nuevas reinas y machos, usualmente alados, los cuales viven para reproducirse.

Los machos mueren poco tiempo después de la cópula, mientras que las reinas supervivientes crean nuevas colonias u ocasionalmente regresan a su antigua colonia.

Vida y muerte de una colonia de hormigas

Refugiada en el interior de un nido bien construido, y protegida por un ejército de obreras, la reina de la colonia goza de una vida excepcionalmente larga; salvo una catástrofe imprevista, la reina de la mayoría de las especies vive cinco años o más.

En contraposición una obrera vive, de media, solamente una semana, pero consigue juntar una cantidad de alimento que supera de quince a veinte veces su propio peso.

El récord de longevidad presuntamente lo tiene una reina de los campos de maíz cogida después del apareamiento y que llegó a vivir veintinueve años en una colonia de laboratorio, produciendo huevos fértiles hasta los últimos meses de su vida.

Creación de un nuevo hormiguero

Un macho y una hembra (ambos con alas) vuelan fuera de sus hormigueros natales, apareándose durante el vuelo. Las hembras de algunas especies se aparean con varios machos. La hembra pierde sus alas, convirtiéndose en una reina y empezando un nuevo hormiguero. El macho muere poco tiempo después del apareamiento.

Desarrollo

Las hormigas son insectos holometábolos, es decir, se desarrollan mediante una metamorfosis completa, pasando por las siguientes fases: huevo, larva, pupa y finalmente adulto (imago). En estado larvario, una hormiga es relativamente inmóvil y depende de las obreras para su alimentación. El estado de pupa es un estadio de reposo en que no necesita alimentación; es el estadio intermedio entre larva y adulto.

Los machos son el resultado de huevos no fecundados, es decir que poseen un solo complemento de cromosomas, haploides, mientras que las hembras resultan de huevos fecundados, diploides. Este sistema de determinación del sexo se denomina haplodiploidía y le permite a la reina regular el número de machos y de hembras en la colonia.

Las reinas, obreras (y las diferentes castas de obreras, cuando existen) son todas hembras. Las diferencias entre ellas están determinadas por la alimentación durante el estado larval. Tanto las larvas como las pupas deben mantenerse a una temperatura y humedad que aseguren un desarrollo adecuado, por lo que a menudo las hormigas las trasladan entre las diferentes cámaras de crianza de la colonia en búsqueda de las mejores condiciones.

Después de superar el estado de pupa, una nueva obrera pasa sus primeros días como adulta cuidando de la prole y de la reina. Posteriormente se gradúa para comenzar a cavar y realizar labores en el nido, y más tarde sale para buscar alimento y defender la colonias de los demás insectos o animales que las comen por ejemplo: el oso hormiguero, las aves, los saltamontes, etc. Algunas especies son polimórficas, es decir, tienen obreras de diferentes tamaños: obreras menores, medianas y mayores. A menudo a las obreras mayores se las denomina soldados.

Comunicación y comportamiento

La comunicación entre las hormigas se produce principalmente a través de feromonas. Debido a que la mayoría de los tipos de hormigas están todo el tiempo en contacto con el suelo, estos mensajes químicos están más desarrollados en ellas. De este modo, por ejemplo, cuando una hormiga recolectora encuentra una fuente de alimento, deja un rastro químico en el suelo en su camino de vuelta a casa. Cuando se encuentra con otras hormigas, les comunica el hallazgo regurgitando parte del alimento y las invita a seguir el rastro mediante señales táctiles. Cuando éstas vuelven también al hormiguero refuerzan el rastro, atrayendo así a más hormigas, hasta que la comida se termina, de forma que a partir de ese momento el rastro no es reforzado y se disipa lentamente.

Morfología

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